Leda (Olivia Colman) es una académica británica que está de vacaciones en una isla, donde conoce a una joven mujer (Dakota Johnson) con su pequeña hija. La relación con ellas le traerá recuerdos de su propia maternidad, de a poco iremos conociendo cómo ella enfrentó esa etapa en su juventud.

Esa es la propuesta de “La hija oscura”, adaptación de la novela de Elena Ferrante y debut en la dirección de un largometraje de la actriz Maggie Gyllenhaal. El elenco lo completan interesantes actores como Ed Harris, Peter Sarsgaard, Jessie Buckley, Paul Mescal y Dagmara Dominczyck.

El filme nos va mostrando cómo este viaje traerá del pasado, sofocantes recuerdos y miedos de la maternidad, que muchas veces no se hablan por temor a ser juzgadas. La protagonista sacará a flote el dolor y el arrepentimiento, todo esto en una trama bien contada y con muy buenas actuaciones.

Olivia Colman no deja de sorprender como en todas sus interpretaciones. Nos regala a una mujer que lucha contra sus propios demonios, que desarrolla relaciones con ironía y cercanía al mismo tiempo. Imprime en Leda un aire misterioso que nos invita a conocerla y a escarbar en su pasado.

A ratos este drama nos acerca al thriller. Mezcla también algo de comedia y oscuridad, lo que nos mantiene atentos a los próximos pasos de la directora, que conserva el equilibrio en una historia que atrapa.

Algo interesante se da también en los flashbacks, donde se nos muestra un mundo que involucra miedos y dudas sobre algo tan inmenso como el ser madre. No todo es color de rosa y muchas veces cuesta que lo hablemos, por eso lo interesante de la película, que propone esta intensa conversación.

“La Hija Oscura” nos traslada a un mundo de remordimientos que plantea un tema tabú y que saca a la luz aquello que no queremos ver. Una buena instancia para dialogar sobre este tema difícil, pero tan real que asusta.

Disponible en Netflix.